Igual que caminar, desplazarse sobre dos ruedas por la ciudad posee grandes ventajas para la salud de quienes optan por estos vehículos en detrimento del turismo o del transporte público. Pero también genera controversia su adaptación al tráfico rodado de las grandes urbes.
Existen amantes de las bicicletas que defienden la creación de un carril específico que los aparte y proteja de los coches, aunque otros colectivos aseguran que la experiencia de determinadas ciudades nacionales y extranjeras ha demostrado que estas infraestructuras no evitan los atropellos ni fomentan la integración de las bicis en el tráfico. Por ello, apuestan por una ciudad permeable a la bicicleta, la convivencia en el espacio público, la responsabilidad y el respeto entre todos los usuarios de la calle.
Los miembros de la Biciescuela de Granada, como usuarios habituales de la bicicleta, aseguran que el carril bici urbano es peligroso porque disminuye la atención del automovilista hacia la posible presencia de ciclistas y elimina la percepción de los ciclistas ante el inherente riesgo del tráfico con el que inevitablemente tienen que interactuar. Además, según diversos estudios, demuestran cómo el carril bici urbano no evita los típicos atropellos a ciclistas e introduce nuevos peligros en cada cruce, sobre todo para ciclistas inexpertos.
Sostienen que los carriles específicos se arbitran para fomentar el uso de este vehículo frente a los turismos y minimizar los perjuicios de la masificación del tráfico en las urbes. Sin embargo, aseguran, que esta afirmación es errónea y tan solo responde a un mito, ya que es la expansión urbanística la que hace crecer el tráfico y sus negativas consecuencias. "Una red de carril bici no alivia las consecuencias del tráfico motorizado. Es la metropolización, con sus autovías, circunvalaciones y pueblos convertidos en dormitorio lo que obliga a las personas a depender del coche".
Consideran que ya se puede circular en bici, que se debe instar a su uso sin necesidad de esperar a que haya infraestructuras, superando los miedos y dejando de lado los mitos ecologistas: mediante campañas sobre los beneficios de la bici (salud, diversión), el respeto mutuo entre los conductores, así como, el respeto y la naturalidad para el uso de la bici en la calzada.
Su defensa de la bicicleta como medio de desplazamiento les llevó a crear en septiembre de 2005 una actividad que dispone de un notable número de seguidores. Todos los sábados entre las 12.00 y las 14.00 horas sus integrantes se instalan en la céntrica Fuente de las Batallas para enseñar a los granadinos a circular en bici y reparar su vehículo.
Son tres miembros, a los que se suman colaboradores, desgranan los fines de semana a personas de todas las edades los entresijos de una bici. Ofrecen su tiempo, gratuitamente y sin subvención alguna, para compartir su experiencia ciclista a todo aquel que lo desee. Centran sus esfuerzos en derribar los miedos que albergan algunos ciclistas a la hora de circular por la ciudad. En el contexto actual de grandes aglomeraciones urbanas, ven una necesidad el aprendizaje a circular en bici de forma segura y responsable.
Explican que las bicicletas son, en ocasiones, almacenadas por el simple pinchazo de una rueda que sus propietarios no saben subsanar. "Nosotros no somos especialistas, pero queremos enseñar a las personas a reparen su vehículo sin necesidad de tener que recurrir a expertos".
Existen amantes de las bicicletas que defienden la creación de un carril específico que los aparte y proteja de los coches, aunque otros colectivos aseguran que la experiencia de determinadas ciudades nacionales y extranjeras ha demostrado que estas infraestructuras no evitan los atropellos ni fomentan la integración de las bicis en el tráfico. Por ello, apuestan por una ciudad permeable a la bicicleta, la convivencia en el espacio público, la responsabilidad y el respeto entre todos los usuarios de la calle.
Los miembros de la Biciescuela de Granada, como usuarios habituales de la bicicleta, aseguran que el carril bici urbano es peligroso porque disminuye la atención del automovilista hacia la posible presencia de ciclistas y elimina la percepción de los ciclistas ante el inherente riesgo del tráfico con el que inevitablemente tienen que interactuar. Además, según diversos estudios, demuestran cómo el carril bici urbano no evita los típicos atropellos a ciclistas e introduce nuevos peligros en cada cruce, sobre todo para ciclistas inexpertos.
Sostienen que los carriles específicos se arbitran para fomentar el uso de este vehículo frente a los turismos y minimizar los perjuicios de la masificación del tráfico en las urbes. Sin embargo, aseguran, que esta afirmación es errónea y tan solo responde a un mito, ya que es la expansión urbanística la que hace crecer el tráfico y sus negativas consecuencias. "Una red de carril bici no alivia las consecuencias del tráfico motorizado. Es la metropolización, con sus autovías, circunvalaciones y pueblos convertidos en dormitorio lo que obliga a las personas a depender del coche".
Consideran que ya se puede circular en bici, que se debe instar a su uso sin necesidad de esperar a que haya infraestructuras, superando los miedos y dejando de lado los mitos ecologistas: mediante campañas sobre los beneficios de la bici (salud, diversión), el respeto mutuo entre los conductores, así como, el respeto y la naturalidad para el uso de la bici en la calzada.
Su defensa de la bicicleta como medio de desplazamiento les llevó a crear en septiembre de 2005 una actividad que dispone de un notable número de seguidores. Todos los sábados entre las 12.00 y las 14.00 horas sus integrantes se instalan en la céntrica Fuente de las Batallas para enseñar a los granadinos a circular en bici y reparar su vehículo.
Son tres miembros, a los que se suman colaboradores, desgranan los fines de semana a personas de todas las edades los entresijos de una bici. Ofrecen su tiempo, gratuitamente y sin subvención alguna, para compartir su experiencia ciclista a todo aquel que lo desee. Centran sus esfuerzos en derribar los miedos que albergan algunos ciclistas a la hora de circular por la ciudad. En el contexto actual de grandes aglomeraciones urbanas, ven una necesidad el aprendizaje a circular en bici de forma segura y responsable.
Explican que las bicicletas son, en ocasiones, almacenadas por el simple pinchazo de una rueda que sus propietarios no saben subsanar. "Nosotros no somos especialistas, pero queremos enseñar a las personas a reparen su vehículo sin necesidad de tener que recurrir a expertos".