POR UN CICLISMO URBANO VEHICULAR
Semana de la movilidad sostenible. Septiembre de 2011, Granada
El número de ciclistas urbanos en Granada ha crecido durante los últimos años. Sin embargo, gran parte de ellos invade las aceras perjudicando la seguridad peatonal. Esta situación ha sido provocada por una política basada en el carril-bici urbano. Infraestructura que, además de haber sido ubicada sobre la acera, no ayuda a superar el miedo al tráfico ni a aprender a circular por la calzada en condiciones de seguridad. Incita a los ciclistas noveles a seguir su trayectoria por la acera en ausencia o al finalizar el carril-bici. Problema que se verá multiplicado con el servicio municipal de préstamo de bicicletas.
Circular en bici por la calzada no es más arriesgado que hacerlo en otros medios de transporte. Los accidentes debido a despistes e imprudencias nos afectan a todos los conductores y peatones. Siendo los peor parados los conductores de moto y ciclomotor.
Los accidentes ciclistas evitables se deben mayoritariamente a sus propias conductas y a la falta de formación sobre cómo conducir su vehículo por la calzada en condiciones de seguridad. La experiencia demuestra que el carril-bici urbano no solo no evita los accidentes, sino que multiplica los riesgos. Crea anomalías que requieren de los automovilistas reacciones no aprendidas para una circulación normal y provoca fricciones con los peatones al ocupar zonas de seguridad y aglomeración peatonal.
Durante los últimos años el Ayuntamiento y la Junta han gastado más de 2 millones de euros para construir 20 Km de carril-bici urbano que cuentan con más de 150 puntos negros. La ubicación del ciclista en ángulos muertos; las distancias laterales insuficientes respecto a los vehículos, el mobiliario urbano y los peatones; la estrechez de la vía (1 ó 1,2 m por sentido); etc. no son errores de diseño sino características descritas en los manuales que definen a estas infraestructuras. Estas vías no están diseñadas para alcanzar más de ente 5 y 10 Km/h en condiciones de seguridad, ni tampoco para concentrar una alta densidad de ciclistas.
El art. 36.1 del Reglamento General de Circulación prohíbe a los ciclistas el uso de la calzada cuando hay carril-bici. Por lo tanto, fomentar el uso de la bici a través de esta infraestructura significa restringir la movilidad ciclista, limitando su velocidad potencial y destruyendo su atractivo como medio eficaz de transporte.
La seguridad del ciclista debe estar en sus propias manos. Ha de tomar decisiones para condicionar el comportamiento de los otros conductores. Un buen control y gestión del espacio por el que circula, una buena señalización y comunicación visual con los demás y un buen dominio de su vehículo le ubica de forma predecible en un lugar visible y seguro, dando confianza a los demás y haciéndose respetar.
Por todo ello, esta formación ciclista para adultos y alumnado de secundaria es el pilar fundamental y prioritario de toda política de promoción del uso de la bicicleta como medio de transporte. Con los 2 millones de euros que las administraciones han despilfarrado en una infraestructura innecesaria se podría haber formado a más de 150.000 vecinos. Una vez el ciclista posea estos conocimientos podrá circular de forma autónoma, con total confianza y seguridad por la infraestructura ya existente: la calzada.
LA BICICLETA NO ES UN ESTORBO QUE HAY QUE SEGREGAR A UN ESPACIO LIMITADO. CONDUCIMOS UN VEHÍCULO CON PLENO DERECHO PARA CIRCULAR POR LA CALZADA. SOMOS PARTE DEL TRÁFICO:
- NO A LA CONSTRUCCIÓN DE CARRILES-BICI URBANOS
- SI A LA CIRCULACIÓN NATURAL DE LAS BICICLETAS POR LA CALZADA EN CONDICIONES DE IGUALDAD: PLENO DERECHO Y PLENAS RESPONSABILIDADES
Circular en bici por la calzada no es más arriesgado que hacerlo en otros medios de transporte. Los accidentes debido a despistes e imprudencias nos afectan a todos los conductores y peatones. Siendo los peor parados los conductores de moto y ciclomotor.
Los accidentes ciclistas evitables se deben mayoritariamente a sus propias conductas y a la falta de formación sobre cómo conducir su vehículo por la calzada en condiciones de seguridad. La experiencia demuestra que el carril-bici urbano no solo no evita los accidentes, sino que multiplica los riesgos. Crea anomalías que requieren de los automovilistas reacciones no aprendidas para una circulación normal y provoca fricciones con los peatones al ocupar zonas de seguridad y aglomeración peatonal.
Durante los últimos años el Ayuntamiento y la Junta han gastado más de 2 millones de euros para construir 20 Km de carril-bici urbano que cuentan con más de 150 puntos negros. La ubicación del ciclista en ángulos muertos; las distancias laterales insuficientes respecto a los vehículos, el mobiliario urbano y los peatones; la estrechez de la vía (1 ó 1,2 m por sentido); etc. no son errores de diseño sino características descritas en los manuales que definen a estas infraestructuras. Estas vías no están diseñadas para alcanzar más de ente 5 y 10 Km/h en condiciones de seguridad, ni tampoco para concentrar una alta densidad de ciclistas.
El art. 36.1 del Reglamento General de Circulación prohíbe a los ciclistas el uso de la calzada cuando hay carril-bici. Por lo tanto, fomentar el uso de la bici a través de esta infraestructura significa restringir la movilidad ciclista, limitando su velocidad potencial y destruyendo su atractivo como medio eficaz de transporte.
La seguridad del ciclista debe estar en sus propias manos. Ha de tomar decisiones para condicionar el comportamiento de los otros conductores. Un buen control y gestión del espacio por el que circula, una buena señalización y comunicación visual con los demás y un buen dominio de su vehículo le ubica de forma predecible en un lugar visible y seguro, dando confianza a los demás y haciéndose respetar.
Por todo ello, esta formación ciclista para adultos y alumnado de secundaria es el pilar fundamental y prioritario de toda política de promoción del uso de la bicicleta como medio de transporte. Con los 2 millones de euros que las administraciones han despilfarrado en una infraestructura innecesaria se podría haber formado a más de 150.000 vecinos. Una vez el ciclista posea estos conocimientos podrá circular de forma autónoma, con total confianza y seguridad por la infraestructura ya existente: la calzada.
LA BICICLETA NO ES UN ESTORBO QUE HAY QUE SEGREGAR A UN ESPACIO LIMITADO. CONDUCIMOS UN VEHÍCULO CON PLENO DERECHO PARA CIRCULAR POR LA CALZADA. SOMOS PARTE DEL TRÁFICO:
- NO A LA CONSTRUCCIÓN DE CARRILES-BICI URBANOS
- SI A LA CIRCULACIÓN NATURAL DE LAS BICICLETAS POR LA CALZADA EN CONDICIONES DE IGUALDAD: PLENO DERECHO Y PLENAS RESPONSABILIDADES
DOCUMENTACIÓN RELACIONADA:
1- Propuesta de Plan Metropolitano de la Bicicleta en Granada:
- Programa de formación sobre la conducción de la bicicleta en condiciones de seguridad por la calzada para adultos y alumnado de secundaria
- Difusión de los itinerarios ciclistas metropolitanos
- Red de aparcamientos de bicicletas contra el robo, el vandalismo y la intemperie
- Sustitución de los carriles-bici urbanos por aceras
3- ¿Qué es un carril-bici urbano?
4- La falsa seguridad del carril-bici urbano
5- Anomalías, molestias y peligros del carril-bici urbano en Granada
6- No al carril-bici de Camino de Ronda