Razones ciclistas para decir NO al carril-bici urbano

La asociación entre bicicleta y carril-bici ha llegado a ser tan cerrada que, a veces, parece que no hace falta ninguna razón para justificarla: mucha gente ha acabado dando por hecho que el carril-bici es “el lugar natural” de la bicicleta. E incluso, ha llegado a pensar que si no hay carril-bici, no se puede circular con naturalidad en bicicleta. Del mismo modo, también ha asimilado que el carril-bici es sinónimo de seguridad y de ecología.

La supuesta necesidad de carriles-bici se justifica de diversas maneras:

- Para promover el uso de la bicicleta.

- Para que la gente “se sienta segura” en bicicleta.

- Para proteger a usuarios vulnerables (ancianos, niños, etc).

Junto a estas razones más o menos directas, se dan a menudo otras razones completamente espurias:

- Para quitarle espacio al coche.

- Para reducir el uso del coche.

- Para reducir las emisiones contaminantes

- Para pacificar el tráfico.

- Porque en los países con más bicis, hay carriles-bici.

La tendencia actual de las administraciones respecto a la reintroducción de la bicicleta como medio de transporte urbano se basa en crear una red carril-bici urbano, un servicio de préstamo de bicicletas y una ordenanza municipal que regula la relación entre peatones y ciclistas en estas nuevas infraestructuras.

“Los cambios que se han producido en la ciudad en materia de movilidad con la implementación de equipamientos para bicicletas y las posibles fricciones que pudieran producirse entre usuarios de bicicletas y peatones, justifican que desde el ámbito municipal se proceda a recoger en un único documento las disposiciones relativas a la circulación, estableciendo las normas y delimitando los derechos y obligaciones de ambos.” (Ordenanza municipal de circulación de peatones y ciclistas en Granada)

El eje central de todas las políticas que se están realizando en torno a la bicicleta urbana está basada en la idea del carril-bici urbano y están teniendo como efecto real una atemorización de los potenciales ciclistas que acaban invadiendo las aceras donde no hay carril-bici, un reforzamiento de la dominancia y velocidad del automóvil en la ciudad, una multiplicación de los riesgos para los ciclistas y un de deterioro de la calidad de las aceras.

Las administraciones han optado por el camino más rápido para fomentar el uso de la bici, pero también el más caro, conflictivo e irresponsable. Tratan de copiar las infraestructuras de ciudades como Amsterdam y Copenhage sin tener en cuenta el contexto histórico en el que aparecieron, la disponibilidad de espacio, el trazado urbanístico, la densidad de población de estas ciudades y, ni siquiera, que el uso de la bici en estas ciudades era mayor antes de que existieran los carriles-bici. Esta copia del modelo ha pasado por alto los aspectos más básicos como los culturales, educativos y sociales, y que empiezan por la educación vial.

En este texto, mediante cinco capítulos, se intenta familiarizar al lector http://www.blogger.com/img/blank.gifcon algunas ideas en el fondo muy sencillas y de sentido común, pero que han llegado a convertirse en minoritarias e incluso revolucionarias, sobre la bicicleta en ciudad. Algunas de estas ideas son (CIUDAD CICLISTA, La promoción y el uso de la bicicleta en la ciudad y los carriles-bici urbanos, junio 2011):

- La bicicleta es un vehículo, y su lugar natural es la calzada, junto con los otros vehículos. El usuario de una bicicleta tiene el mismo derecho que el usuario de un coche a circular por cualquier calzada urbana, y es responsabilidad compartida entre él y los usuarios de los otros vehículos el garantizar que la circulación transcurre en condiciones de seguridad.

- El tráfico urbano, aunque tiene un cierto nivel de riesgo, no es una jungla: los automovilistas no son unos asesinos que van a atropellar a cualquier ciclista que vean. Muy al contrario, harán todo lo posible por no tener ni causar problemas.

- La mejor garantía de seguridad para un ciclista es cumplir las normas del tráfico y comunicarse y colaborar con los automovilistas a su alrededor.

- Ya existe una magnífica red de “vías ciclistas” en todas las ciudades: se llaman calles. Los carriles-bici no solo no son necesarios para circular en bicicleta, sino que al crearlos se limita la movilidad de los ciclistas y se aumenta el antagonismo entre ellos y los conductores de automóvil.

En resumen, se pretende difundir demostrar la tesis de:

- NO A LA CONSTRUCCIÓN DE CARRILES-BICI URBANOS

- SI A LA CIRCULACIÓN NATURAL DE LAS BICICLETAS POR LA CALZADA EN CONDICIONES DE IGUALDAD: PLENO DERECHO Y PLENAS RESPONSABILIDADES



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