La
ZBE de Granada es un fraude
porque no cumple con su propósito real: reducir la contaminación atmosférica ni
las emisiones de gases de efecto invernadero.
En lugar de medidas simbólicas e ineficaces, reclamamos
soluciones verdaderamente transformadoras para nuestra ciudad:
●
Sustituir
aparcamientos por espacios verdes y
árboles,
●
Mejorar
la eficacia del transporte público
urbano e interurbano,
●
Aumentar
el número de calles de prioridad
peatonal, devolviendo así el espacio público a las personas.
Estas acciones son las que de verdad permitirán mejorar la
calidad del aire, hacer frente al cambio climático y garantizar un entorno
urbano más saludable y habitable.
Por este motivo, doce asociaciones convocamos:
MANIFESTACIÓN EN BICI Y VMP Y CONCENTRACIONES PEATONALES
- Día: Sábado, 20 de septiembre.
- Lugar: Plaza del Carmen.
- Salida de la manifestación: 11:30 h.
- Concentraciones peatonales, acompañando la salida, el paso y la llegada de la manifestación por la Plaza del Carmen: 11:30 h., 12:15 h. y 13:15 h.
- Convocan: Acción en Red, Árboles Contra el Cambio Climático, Asociación Española de Educación Ambiental, Asociación JER, AMPEG, Biciescuela Granada, Ecologistas en Acción, Fridays For Future, Granada Habitable, Madres por el Clima, Mesa por el Clima de Granada y Realejo Habitable.
LA ZONA DE BAJAS EMISIONES DE GRANADA ES UN FRAUDE
La gestión del territorio en Granada y su área metropolitana, realizada por las administraciones públicas (municipios y Junta de Andalucía) y el sector de la especulación del suelo y la vivienda, ha provocado una alta dependencia hacia el uso del automóvil privado, así como facilidades para su uso en los desplazamientos cotidianos entre la ciudad y el área metropolitana. Usando un automóvil privado no se tarda, en general, más de 20 minutos para ir de cualquier extremo a otro del primer cinturón metropolitano porque hay disponibilidad de aparcamiento en el destino. En cambio, en transporte público colectivo se puede superar la hora en el mismo viaje. De esta manera, el 62% de los desplazamientos en el área metropolitana se hacen en automóvil privado, mientras que solo el 8% son en transporte público.
Esto hace que, en primer lugar, prácticamente la totalidad del espacio público de la ciudad de Granada esté sometida a las necesidades del desplazamiento en automóvil privado. En segundo lugar, que sea la ciudad más ruidosa de Andalucía, siendo el 70% de este ruido derivado del tráfico. Y, por último, que sea la ciudad con el aire más contaminado de Andalucía y la tercera de España, superando los límites medios anuales que la Organización Mundial de la Salud considera perjudiciales para la salud. Estas emisiones se deben mayoritariamente a la quema de combustibles fósiles para el transporte cotidiano de personas en automóvil privado, lo cual también provoca un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, que contribuyen al calentamiento global y el cambio climático.
Para contrarrestar esta situación, el Ayuntamiento de Granada tiene la obligación legal de aplicar una zona de bajas emisiones con la que reducir las emisiones contaminantes y de gases de efecto invernadero; conseguir un traspaso del uso del automóvil privado hacia el uso del transporte público, la bicicleta, los VMP o ir a pie; y mejorar la seguridad vial y el espacio público. Sin embargo, el modelo de zona de bajas emisiones diseñado por el Ayuntamiento de Granada es un fraude. No sirve para alcanzar los fines que se esperan de ella.
A partir del 1 de octubre, casi tres años después de que se cumpliera el plazo para aplicar la zona de bajas emisiones, se impedirá el acceso a la ciudad a los automóviles privados no censados en la ciudad que no tengan distintivo ambiental (gasolina, de antes de 2001, y diésel, de antes de 2006). Esto, en principio, solo afectaría al 7% de todos los automóviles privados que entran cada día a la ciudad. Aunque, en la práctica, este porcentaje es muy inferior porque se han incluido multitud de excepciones que recogen prácticamente casi todas las necesidades de desplazamiento en automóvil privado a la ciudad. Además, aquellos que no se ven acogidos por estas excepciones podrán seguir usando los parkings que hay en el borde de la ciudad e, incluso, los que hay en el centro. Por si fuera poco, a esto se añade que el proyecto de zona de bajas emisiones no lleva aparejada ninguna mejora del transporte público colectivo interurbano para resolver de forma eficaz los desplazamientos hacia la ciudad. De modo que, tras la aplicación de la zona de bajas emisiones, los desplazamientos en automóvil privado del área metropolitana a la ciudad van a ser los mismos que los de ahora. Tan solo habrá tres diferencias: se incrementará el volumen de gestiones burocráticas para tramitar las excepciones, muchas personas cambiarán el municipio en el que esté censado su automóvil y los parkings tendrán clientes asegurados.
En definitiva, frente a un proyecto de zona de bajas emisiones que no sirve para reducir el uso del automóvil privado, nuestra propuesta consiste en sustituir los aparcamientos disponibles para coches, motos y ciclomotores de los no residentes de cada barrio por árboles, espacios verdes sin asfalto y zonas de bienestar; incrementar el número de calles de prioridad peatonal en todos los barrios; mejorar la eficacia del transporte público colectivo urbano e interurbano con mejores frecuencias y una red de carril bus que le otorgue prioridad de paso y prioridad semafórica; y reservar los aparcamientos públicos para los residentes. De este modo, se reduce de forma efectiva el uso de automóviles privados porque no hay aparcamiento en el destino, se facilita en su lugar el desplazamiento en transporte público colectivo y se mejora el espacio público y la seguridad vial, favoreciendo el uso de la bici y VMP, así como el desplazamiento a pie y el disfrute de la calle